Tres mujeres

Una, está muerta.
Tú me has matado.
En las noches,
en las montañas,
el eco de tu nombre.

La segunda, desearías
que yo fuera no más.
En las mañanas de invierno,
excavando mi tumba.

A la última
(pero no la última en mi alma)
te hubiera seguido
hasta más allá del punto final,
de la última nota a pie de página
y tú me hubieras seguido a mí
pero no leíamos el mismo libro.

De todas las cosas de las que me acusaron
nunca dije que todas fueran falsas.
Sí, todos
os hicimos daño,
pero no todos mentimos.

A todas os amé
de forma desigual.
Culpable de inocencia.
Podría mencionar vuestros nombres
arrastraros a la vulgaridad
pero ya he dicho demasiado.

Además, nunca supe vuestros nombres verdaderos
los que no pueden pronunciarse
con palabras.